Por: Alondra Salazar
De acuerdo con la encuesta “Así Vamos”, que realiza periódicamente “Cómo Vamos Nuevo León”, el congestionamiento vial se ha evidenciado cada vez más como uno de los principales problemas en la entidad.
Sin embargo, no hay que irse a los datos cuando las personas que día a día nos movemos por el Área Metropolitana de Monterrey tardamos cada vez más en llegar a nuestros destinos. Cuando una distancia de diez minutos se hace de treinta o cuando trasladarte de la escuela o el trabajo requiere de más de dos horas, que en muchos casos incluye mínimo dos transbordos y una larga espera en una parada sin sombra, ni protección para la lluvia o el sol.
La solución: ¡Construyamos más carriles sobre el río! Y de paso dañemos el ecosistema, provoquemos más avenidas inundadas (porque son cauces naturales de agua) y compremos más autos. ¿Recuerdan que hace unos años era extraño el día que no se viera el Cerro de la Silla? Ahora es al revés.
Sé qué muchas personas nos cuestionamos si las personas tomadoras de esas decisiones han hecho un traslado en camión, se han subido al metro en hora pico. Incluso, siendo usuarias del automóvil, que si no reconocen cómo es que las distancias aumentan y que los accidentes viales no se han reducido en dos décadas. Me pregunto si los proyectos de infraestructura, entre ellas, las licitaciones de una carretera, dejan más ganancias que una ciclovía. Sin embargo, la planificación vial requiere de estrategia, ciencia e información, porque los proyectos como corredores verdes tiene que construirse con estrategia o terminan siendo obras con poca iluminación, con semáforos que una persona con movilidad limitada no puede correr y que se inundan a la primera lluvia.
¿Cuál es entonces parte de una verdadera solución? Primero, escuchar a las personas usuarias desde la experiencia. En segundo lugar, como habitantes de estos espacios, nos corresponde visibilizar este caos, esta saturación. Señalar cuando un automóvil no respeta las normas viales y por supuesto, respetarlas siendo ciclistas, motociclistas y transeúntes.
Recuerdo hace unas semanas, una intervención urbana sobre la Av. Félix U. Gómez, que en la naturalidad de las necesidades peatonales, un improvisado corredor se volvió la banqueta de quienes día a día, la necesitan y no la tienen. Unos conos naranjas al menos ese día, le brindaron seguridad y facilitaron el día a quienes cruzaron por ahí.
¿Alguna vez se han tenido que bajar de la banqueta porque alguien la usó de estacionamiento? O porque alguien decidió colocar losetas o baldosas en la banqueta frente a su propiedad. No seamos parte del problema, sino de la búsqueda de una solución.
¿Se han dado cuenta de que tomar el metro en estación Sendero y llegar al centro de Monterrey es más rápido que otro medio, pero qué llegar a Sendero es lo más tardado del trayecto? Hay que demostrar que sí existen medios de transporte eficaces, económicos y a largo plazo. Y lo entiendo, entre el trabajo y los traslados que nos llevan a dedicarle más de 12 horas no nos queda mucho espacio. Pero… ¿Queremos dedicarle más tiempo a dejar crecer el problema?