Por: Juan de Dios Martinez
Primeramente, es importante destacar que la democracia no solamente puede ser estudiada como una forma de gobierno dentro de un sistema político, ya que va más allá de lo que conocemos como una democracia electoral, en este sentido, también puede ser abordada como una forma de vida.
Por lo anterior, esta debe de ser considerada como uno de los pilares fundamentales en la organización de todas las sociedades que sean consideradas modernas.
Como ya se indicó la democracia va más allá de un simple proceso electoral, ya que como forma de vida estaría sustentada por un conjunto de valores, como sería la libertad individual que estaría representada por la libertad de expresión, de prensa, de asociación y de elección; en conjunto estos derechos le permiten a las ciudadanas y a los ciudadanos expresar sus opiniones, participar en la vida pública y tomar decisiones de manera individual sin coacción alguna.
Otro de los valores que dan sustento a la democracia, es la igualdad, que en democracia representa la igualdad ante la ley y de oportunidades, es decir, todas las personas tenemos los mismos derechos y oportunidades para participar en la vida política, económica y social, sin discriminación de ningún tipo.
A su vez, la participación como valor indispensable de la democracia incluiría acciones como votar en una elección, involucrarse en el debate público, y participar en la toma de decisiones del gobierno y en acciones comunitarias, es decir, se estaría empoderando a la ciudadanía para que manifieste su capacidad de participar activamente en la política y en la vida comunitaria.
Por otra parte, la justicia en democracia implica un sistema judicial imparcial y equitativo, que tendría su fundamento en leyes que se apliquen de manera uniforme, en el respeto de los derechos de todos los individuos y en la resolución de conflictos de manera justa. Asimismo, el pluralismo como valor de la democracia estaría representado por las diversidades de opiniones y creencias; que aunado a la tolerancia implica la capacidad de dialogar y negociar de manera respetuosa, incluso con aquellos con los que no se está de acuerdo, siendo estos dos valores piezas fundamentales para el funcionamiento armonioso de la democracia.
Finalmente, la transparencia, la responsabilidad y la rendición de cuentas son cruciales para una democracia saludable; ya que en primera instancia las ciudadanas y los ciudadanos deben tener acceso a la información en relación con la toma las decisiones y la gestión de los recursos públicos por parte de las y los funcionarios de gobierno que a su vez deben de hacerse responsables de sus acciones y decisiones mediante la rendición de cuentas. Estos valores serían claves para prevenir la corrupción y por ende incrementar la confianza en los actores políticos e instituciones públicas.
Los valores que dan sustento a la democracia no solo definen el funcionamiento formal de la misma, sino que también influyen en las relaciones interpersonales y en la cultura cívica de la ciudadanía.
Es importante destacar que cada uno de los valores mencionados que dan sustento a una democracia más allá de la electoral tendrían su fundamento jurídico en la Constitución Política de todo estado que se considere democrático.