El estrés tiende a acumularse a lo largo del día. Cuando es hora de ir a la cama, tu mente podría estar aun muy activa y es probable que este pensando en la lista de cosas por hacer el día de mañana mientras se realiza un minucioso seguimiento de todo lo que podría salir mal.
Al sumergirte en un buen libro, puedes dejar de pensar en tu situación actual. Un estudio encontró que solo seis minutos de lectura redujeron el estrés hasta en un 68%. El contenido del libro tampoco es importante. Podría ser realidad, ficción o pura basura. Mientras sea interesante para ti, eso es todo lo que importa.
La lectura permite conocer nueva información lo que genera que vayas aprendiendo más cosas, mejora tu formulación de ideas, tu ortografía y por ende podría decirse que te vuelves más inteligente. Warren Buffet se refiere al conocimiento obtenido de los libros como un interés compuesto. Cuanto más se aprende, más inteligente se vuelve. No tienes que leer un montón de no ficción para obtener este beneficio. Incluso la ficción y la fantasía sin sentido pueden trabajar para expandir tu vocabulario y ejercitar tu cerebro.
Aunque existen muchas dudas científicas de que un libro te ayuda a dormir, sí los hay en la reducción del estrés, que indirecta o directamente podría estar relacionado con una mejor calidad del sueño. Históricamente los cuentos que se relataban a los niños eran justamente para que se quedaran dormidos profundamente, de adultos somos nosotros quienes nos leemos ahora esos cuentos.
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