Por Xóchitl Arango
Desde 2016, cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, una fecha que busca visibilizar la participación femenina en el ámbito científico y reducir la brecha de género en este campo. En México, a pesar de los avances en los últimos años, las investigadoras aún enfrentan barreras estructurales que limitan su desarrollo profesional. No obstante, su contribución ha sido fundamental en diversas áreas del conocimiento, desde la medicina hasta la inteligencia artificial, desafiando estereotipos y demostrando su capacidad innovadora.
México cuenta con científicas destacadas que han abierto camino para las nuevas generaciones. Un ejemplo es la Dra. Julieta Fierro, astrónoma y divulgadora de la ciencia, reconocida por su trabajo en el Instituto de Astronomía de la UNAM. En el campo de la biotecnología, la Dra. Susana López Charretón ha realizado investigaciones pioneras sobre los virus gastrointestinales, mientras que la Dra. Eva Ramón Gallegos ha avanzado en la erradicación del Virus del Papiloma Humano mediante la terapia fotodinámica. Estos logros no solo han tenido impacto en la comunidad científica, sino también en la vida de miles de personas.
A pesar de estas contribuciones, las mujeres enfrentan desafíos en su desarrollo dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y otras instituciones académicas. De acuerdo con datos oficiales, aunque la matrícula femenina en carreras científicas ha aumentado, las mujeres representan menos del 30% de los niveles más altos del SNI. La maternidad, la carga de trabajo doméstico y la falta de oportunidades de liderazgo siguen siendo obstáculos para su crecimiento profesional. Esto pone en evidencia la necesidad de políticas públicas que fomenten la equidad y reduzcan la desigualdad estructural.
Afortunadamente, en los últimos años han surgido iniciativas para promover la participación femenina en la ciencia. Programas como Mujeres en la Ciencia y la Tecnología del Conacyt buscan incentivar la inclusión de investigadoras en proyectos de alto impacto. Además, diversas universidades han implementado redes de apoyo y mentorías para impulsar la presencia de mujeres en áreas como la ingeniería, la física y las matemáticas. Estas estrategias no solo fortalecen la representación femenina, sino que también contribuyen a un desarrollo científico más diverso y equitativo.
En conclusión, el papel de las mujeres en la ciencia mexicana es fundamental para el avance del conocimiento y la innovación. Aunque los retos persisten, cada vez más investigadoras logran posicionarse en sus campos y generar cambios significativos en la sociedad. La conmemoración del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia es una oportunidad para reflexionar sobre estos avances y seguir impulsando la equidad de género en el ámbito científico.