Por Juan de Dios Martínez Villarreal
El siglo XXI ha emergido como el siglo del conocimiento, una era en la que la información y la innovación se convierten en los cimientos del desarrollo humano y social. Este nuevo paradigma está reconfigurando la educación, la economía y las interacciones sociales destacando la importancia de la creatividad y el pensamiento crítico. En este contexto, el conocimiento se posiciona no solo como un recurso económico, sino también como un motor esencial para enfrentar los desafíos globales, promoviendo la colaboración y la sostenibilidad. Así, el aprendizaje continuo y la capacidad de aprovechamiento de la información se vuelven imprescindibles para construir un futuro más equitativo y lleno de oportunidades.
A raíz de estas transformaciones, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha establecido la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), una iniciativa con el potencial de transformar profundamente el panorama científico y tecnológico en México. Esta nueva secretaría ha suscitado una sinnúmero de expectativas que podrían catalizar importantes avances en el desarrollo científico del país, tales como:
• Una mejor coordinación entre diferentes instituciones y organismos dedicados a la ciencia y la tecnología.; que podría llevar a una distribución más eficiente de los recursos y a la implementación de programas más integrales que aborden las necesidades del sector.
• Al incluir las humanidades en su enfoque, podría promover un desarrollo más holístico de la ciencia, fomentando investigaciones que consideren el contexto social y cultural del país.
• El enfoque en la educación y la formación de recursos humanos puede resultar en una mayor cantidad de científicos e investigadores capacitados. Esto no solo beneficia directamente a las instituciones, sino que también mejora la competitividad del país en el ámbito global.
• Con un enfoque integral hacia la investigación y el desarrollo, la nueva secretaría tendrá el potencial de implementar políticas públicas más acertadas y adaptadas a las necesidades del país, basadas en un diagnóstico claro de la situación actual de la ciencia y la tecnología en México.
• Con su creación se fomentará una cultura científica que no solo apoya el desarrollo de la ciencia, sino que también contribuye a una ciudadanía más informada y crítica.
El impacto de la nueva Secretaría dependerá en gran medida de la efectividad de su gestión, de la inversión en ciencia y tecnología, y de su capacidad para fomentar un diálogo constructivo entre la academia, la industria y la sociedad. Este enfoque integrado no solo tiene el potencial de impulsar el avance del conocimiento, sino también de abordar y resolver los desafíos sociales y económicos que enfrenta el país.