Por: Samantha Sánchez
Antes de empezar, es importante mencionar que esta editorial contiene spoilers, por lo que si aún no has visto la película, te recomendamos que la veas antes de leer el siguiente texto.
Elementos es el nuevo filme producido por la casa del ratón en colaboración con Pixar, para Latinoamérica se estrenó el pasado 22 de junio.
Hasta el momento, este largometraje ha tenido un sin fin de críticas por parte de los espectadores, quienes mencionan que cada vez estas películas se están quedando sin ideas.
Sin embargo, otros mencionan que es una buena película, que muestra un buen romance y que cada escena cumple con lo esperado, te hace reír o llorar en los momentos en que la escena está diseñada para eso.
Mediante la alegoría de los cuatro elementos, podemos ver, durante toda la cinta, la dificultad que tienen las personas al emigrar a un nuevo país.
Al principio, podemos ver como los personajes de fuego, llegan con la esperanza de una nueva vida y la manera de coexistir con los otros tres elementos, agua, aire y tierra.
Así mismo, podemos ver cómo al llegar a la ciudad, los personajes de fuego, deben optar por un nuevo nombre, porque la persona encargada del registro no puede entender su nombre original.
Esta situación es muy común verla con personas de origen asiático, donde al llegar a un país de América cambia su nombre a “Sam” o a “Joseph” porque es más fácil de pronunciar, incluso muchas estrellas de origen asiático, deben tener un nombre en inglés para que sea más fácil recordar para sus fans.
Poco después podemos ver, como la familia de fuego debe sufrir por el rechazo de buscar un hogar donde comenzar su nueva vida.
Una vez instalado, podemos observar cómo sobreviven mediante un negocio propio y poco a poco la zona donde ellos se instalan se va llenando de más elementos de fuego, creando un barrio donde solo habitan personas de fuego.
Con esa primera parte de la película podemos conocer a nuestro personaje principal “Ember” una chica explosiva, que fácilmente se desespera con los clientes, así mismo, podemos ver a un padre ya anciano, que busca enseñarle a su hija el negocio, para que un día ella continúe con su legado.
Aquí podemos ver que el lazo principal con Ember es su padre.
La oportunidad de Ember para demostrar que ya está lista para ser la encargada de la tienda, llega en una barata anual, sin embargo, esta oportunidad nuevamente se ve afectada por su mal genio.
Al momento en que explota, hace que una tubería se rompa y comience a inundar el sótano, ahí se introduce el personaje de Wade, un inspector de agua, encargado de multar lugares que no cumple con los requisitos.
Después de que Ember explota y menciona varias condiciones de la tienda, Wade se da cuenta de que el lugar debe ser multado.
A continuación podemos ver una secuencia donde Ember persigue a Wade con el objetivo de evitar que este lleve las multas a los jefes, en este recorrido, Ember conoce a la ciudad, pues momentos anteriores había comentado que ella no había atravesado el puente que separa el Barrio de Fuego con los demás.
Al igual que al principio, en este recorrido, podemos conocer más de la ciudad y de sus habitantes, algo similar como pasa en Zootopia, cuando Judy llega a Zootopia y ve cómo conviven presas y cazadores.
La diferencia es que aquí el fuego está alejado de los otros tres elementos que conviven en armonía.
Después de que Wade se entera de la importancia que tiene que no envíen las multas que van a clausurar la tienda, comienza una amistad entre Ember y Wade para hacer todo lo posible para convencer a la jefa de Wade, Gale, una nube aficionada de un equipo de Air Ball llamado los Windbreakers, que podría simbolizar el basquetball.
En el estadio se da el enfrentamiento de Gale y Ember sobre el destino de la tienda, donde Gale le menciona que si descubre el origen de la fuga de agua, todo queda perdonado y la tienda es salvada.
Este arco dura poco, pues rápidamente Wade y Ember descubren que la fuga es causada por las olas que producen los barcos cuando pasan por el mar, sin embargo, esto sirve para acercar más a Wade y Ember y con ello iniciar una relación entre ambos.
Conforme más pasan tiempo juntos, el amor crece entre ambos, haciendo que Ember tenga un mejor carácter, lo que hace que su padre decida que es el momento de heredar la tienda.
Pero a pesar de que este fue el sueño de Ember, ya no se siente emocionada, pues días anteriores al conocer a la familia de Wade se dio cuenta de su talento de diseñar cosas con el vidrio, el cual puede manejar gracias al fuego.
Así mismo, en estas escenas de convivencia, podemos ver lo distinta que es cada zona, pues mientras las personas de agua viven en residencias de vidrio resistente, las personas de fuego tienen casas hechas de metal.
Al entrar en un conflicto sobre lo que debe y quiere hacer, Ember explota y aleja a Wade, al mismo tiempo, cuando su padre se da cuenta de que su hija está saliendo con un hombre de agua, decide cancelar su retiro y ya no darle la tienda a su hija.
Así mismo tiempo, Ember aleja a Wade diciendo que todo fue un error y que su deber es quedarse con su padre, pues él sacrificó todo para darle una buena vida, de igual manera, señala que él nunca entenderá lo que es empezar una vida desde cero, después de haberlo perdido todo.
Conforme las cosas en la vida de Ember explotan, la presa, causante de la fuga en el barrio de fuego, es nuevamente dañada, por lo que las personas de fuego corren riesgo.
Ember es la encargada de avisarles; sin embargo, en su intento de rescate, se da cuenta de que el fuego azul, elemento vital para su familia, está a punto de extinguirse por el agua, es ahí cuando Wade reaparece y la salva a ella y al fuego familiar.
Después de creer que Wade murió, Ember le cuenta a su papá cuáles son sus verdaderos sueños, lo que hace que Wade, quien se encuentra evaporado en las paredes de la casa, llore y regrese a la vida.
Al final podemos ver como el padre decide apoyar a su hija en su sueño y esta se va con Wade a viajar y conocer más sobre su talento con el vidrio.
Si bien la película podría pasar como una comedia-romántica animada, nuevamente Disney-Pixar, nos trae una trama donde el principal problema es él debe ser con la familia y las expectativas que tienen nuestros padres.
A diferencia de otros filmes como Red o Encanto, aquí la protagonista es quien se impone las reglas de cómo debe ser, puesto que siente que se lo debe a su padre por lo que él se ha tenido que sacrificar.
De igual manera, tenemos el estereotipo de la protagonista fuerte e independiente y a un personaje masculino que sirve más como acompañante que como salvador, el filme maneja muy bien la personalidad de ambos y el porqué son así.
Wade es un chico de buena familia, donde casi todos son artistas; sin embargo, perdió a su padre, por lo que él busca encontrar un trabajo donde pueda ser útil.
Por su parte, Ember, es una chica que ha trabajado en su negocio familiar desde que ha sido niña y que ha conseguido muchas cosas gracias a su labor en la tienda.
Ambos son opuestos, tanto en personalidad como en elementos, lo que hace que en un principio sea un impedimento para ellos salir, pues Wade puede apagarla y Ember puede hacer que se evapore, como pasó casi al final de la cinta.
Sin embargo, podemos ver cómo ellos logran romper esa barrera y pueden estar juntos a pesar de los prejuicios de las personas, que en la sociedad actual aún sucede con personas de distintas razas o culturas.
Si bien, no es una gran película, tampoco se podría considerar como mala, abordar muchos temas del mundo actual, como la discriminación, las personas que emigran, la fuerza femenina o el amor entre personas del mismo sexo, pero los aborda de una manera tan natural, que no te das cuenta de que están hablando de esos temas porque lo señalan, sino porque sucede tal cual como sucede en la vida real.
En cuanto a la animación, es buena, cada elemento tiene bien definida su estructura y características.
Además, en distintas escenas se puede ver un juego de luces creadas por el fuego y el agua.
El director de este filme es Peter Sohn, quien se inspiró en su infancia para la creación de esta historia.
Por otro lado, la banda sonora queda bien con cada escena y hace su papel de meterte dentro de la cinta.
Si bien ambas casas productoras tienen mejores trabajos, Elementos no es una mala película, la historia establece desde un principio sus reglas y las tramas que se van a desarrollar durante toda la cinta.
Así mismo, tenemos un final distinto, donde la protagonista apenas va en busca de su sueño; sin embargo, logra resolver su mayor problemática, que era ser la hija “perfecta” para su padre.