Por Alondra Salazar
En el mes de febrero, específicamente el día 11, fue el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, conmemoración que desde 2011, impulsa a que más mujeres se acerquen a las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). De acuerdo a Fernanda García de IMCO, tres de cada diez profesionistas STEM en México son mujeres. Por fortuna, es más común ver a grandes referentes como Katya Echazarreta es la primera mujer mexicana en ir al espacio o la divulgadora científica Sara Gallegos, mejor conocida como @morra_cientifica, que con más de 200 mil seguidores inspira a más jóvenes a acercarse a las “ciencias duras” y estudiar una carrera científica.
Sin embargo, quiero compartir la experiencia desde las Ciencias Sociales, donde también hay científicas, y para ello rescato una frase de Ada Yonath, Premio Nobel de Química en 2009, quien mencionó: “Madame Curie me inspiró, aunque no fue mi modelo a seguir, porque ni siquiera sabía que lo suyo fuera una profesión”. Frase que resonó en mí, recordando cómo descubrí que el método científico podía ser aplicado a las ciencias sociales y que requirió de muchos años y la fortuna de coincidir con personas en el ámbito universitario que me dijeron que sí se podía ser una científica social. Es decir, podría seguir el modelo de Madame Curie no únicamente en la química.
Para ello, recuerdo que mi primer acercamiento con el método científico fue en preparatoria, específicamente en la clase de biología, donde aprendí qué es lo que hacen “los científicos” en las áreas de biología, física, química. “LOS”, masculinizando esta actividad, eran “hombres de bata” encerrados en un laboratorio realizando experimentos y construyendo grandes máquinas.
Fue dos años después, en la licenciatura, que tuve la clase de “Metodología de la investigación para las ciencias sociales” y descubrí que todo lo que me inspiraron personajes como Hipatía de Alejandría, Marie Curie, Ada Lovelace y claro, mucho más hombres, quienes se cuestionaron la realidad y buscaron entender los paradigmas de la naturaleza, de la sociedad, entre otros temas, podían ser aplicados, en mi caso, a la ciencia política. Lamentablemente, de las 60 personas que estábamos en esa clase, fui la única que se graduó con una tesis de la licenciatura. Sé que no todas las personas van a dedicarse a la investigación, pero resulta trascendental dar a conocer a las juventudes, sobre todo a las niñas y mujeres la posibilidad de una carrera científica.
En ese tiempo, el entonces CONACYT tenía un programa de jóvenes investigadores, donde tuve el placer de convivir y construir una amistad con mujeres increíbles de la psicología, la biotecnología, la entomología, las ciencias de la tierra que ha día de hoy, casi una década después, varias de ellas se forman en posgrados y promueven la divulgación científica.
Recuerdo haber sentido orgullo por todas ellas, porque en el caso de Nuevo León, de las 14 personas que representamos a la entidad, 10 éramos mujeres. Hoy, comparto esta reflexión con el compromiso de seguir impulsando el papel de las mujeres, el reconocimiento de las juventudes y el camino científico en todas las áreas del conocimiento, para que no tengan que pasar 20 años para que una niña descubra que sí puede hacer ciencia desde donde esté. Que ir a la luna es un gran logro, tanto como cuestionar todos los ¿por qué? de los objetos, los colores, los comportamientos, las personas e ir del espacio al microcosmos y el mismo pensamiento humano. Es decir, que las dudas mueven al mundo y las niñas también.
Fuentes de consulta:
IMCO. (2025). Carreras (STEM) sin género. https://imco.org.mx/carreras-stem-sin-genero/
Gónzalez, A. (2023). Sara Gallegos, la morra científica que quiere que las niñas estudien ciencias https://oncenoticias.digital/ciencia/sara-gallegos-la-morra-cientifica-que-quiere-que-las-ninas-estudien-ciencias/234850/
Gónzalez, Z. (2024). ¿Quién es Katya Echazarreta, la primer astronauta mexicana? https://www.infobae.com/mexico/2024/08/03/quien-es-katya-echazarreta-la-primer-astronauta-mexicana/