Por Felipe Marañón
A casi dos meses de iniciado el conflicto entre alcaldes y diputados del PRI y del PAN contra el Gobernador Samuel García, un tanto por el tema de la designación del nuevo fiscal, otro tanto por la retención de presupuesto a municipios.Lla realidad es que cada quien hace lo que puede y quiere con lo que tiene.
Por un lado el Gobernador ha conseguido de sus giras traer al Estado inversiones que prometen una derrama histórica de empleos para la región. No ha sido un camino fácil, pues factores como la crisis del agua, que en cierta medida aún se vive, aunado a los recientes incrementos en materia de inseguridad, podrían entorpecer los planes para el desarrollo económico del Estado. Sin embargo en su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27) celebrada en Egipto a finales del año pasado, logró acuerdos, acciones y compromisos con especialistas y líderes mundiales, como el conseguido con UK Pact y Alianzas Climáticas de la Foreign Commonwealth & Development Office y de Global Environemental Fund, para que apoyen a Nuevo León con recursos y asistencia técnica para implementar un plan de acción para enfrentar sequías, golpes de calor, inundaciones, erosión de la tierra y las consecuencias negativas del cambio climático. Todo para preparar al Estado y a la urbe regia como un importante centro de negocios y de transito comercial entre México y Estados Unidos, además de incluir industrias más amigables con el medio ambiente, tal como se presume con el caso de la magna inversión de Elon Musk y los autos eléctricos Tesla.
Por el otro lado los alcaldes metropolitanos reclaman se dignifique su papel como primera instancia del Gobierno, es decir el más cercano a la gente. Aquellos que más que lidiar con los grandes planes de inversión tienen que arreglárselas para mantener el asfalto en condiciones medianamente optimas. Sin embargo es una realidad que muchos municipios de la Zona Metropolitana de Monterrey aún distan de contar con la infraestructura para capitalizar una urbe como tan importante como la regiomontana. Y tal vez sea para los Alcaldes más importante la presencia mediática y el derroche de recursos en fiestas, que el alumbrado publico o el mantenimiento, en el peor de los casos que existan, aceras peatonales en sus municipios para garantizar una movilidad que poco a poco contribuya a combatir otro de los grandes males que atacan a los ciudadanos, la pésima calidad del aire.