La película colombiana “Los reyes del mundo” (2022) es una buena opción para aquellos que les guste el cine serio y conocer otras culturas más allá de sus fronteras. “Los reyes del mundo” narra la historia de un grupo de hombres jóvenes en situación de calle que emprenden un viaje rumbo al interior de Colombia para reclamar unas tierras que le fueron despojadas a la abuela de Rá por los paramilitares. El grupo, conformado por Rá, Sere, Nano, Winny y Culebro, van enfrentándose a peligros durante su travesía y conociendo personas que los van ayudando, o bien que se oponen a su destino.
La película vale la pena por la frescura de las actuaciones, por el ritmo de la edición y por la fotografía de los paisajes. De hecho, estos tres factores remiten en cierto momento al documental. Casi todo el ensamble actoral no cuenta con experiencia previa en cine, con excepción de Cristian David Duque (Culebro). Los personajes actúan de forma natural, en algún momento llegan a la improvisación como Rá, además de que se percibe una camaradería entre los jóvenes. Cabe destacar el personaje de Winny, el más pequeño del grupo, que se gana la simpatía del espectador, aunque no sea el protagonista.
El ritmo de la película puede llegar a parecer lento, pero permite que veamos los paisajes y los rostros que capta la fotografía de David Gallego (quien trabajó en “El abrazo de la serpiente” y en “Pájaros de verano” del reconocido director Ciro Guerra). Al inicio de la película podemos observar las calles de Medellín y quizá las podamos sentir cercanas a nuestras ciudades latinoamericanas, y conforme avanza la película nos vamos adentrando en la naturaleza, en el bosque colombiano y sus montañas, dominado por la naturaleza y por la neblina. Aunque tenemos tiempo de contemplar, no es una película aburrida o pretenciosa, pero sí nos invita a reflexionar y ponernos en los zapatos de los personajes.
La película fue dirigida por Laura Mora Ortega y fue galardonada con el prestigioso premio “La concha de oro” en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y se trata de una coproducción entre Colombia, Luxemburgo, Francia, México y Noruega. La película puede recordar a “Ya no estoy aquí” (Fernando Frías, 2019), “La virgen de los sicarios” (Barbet Schroeder, 2000), “La vendedora de rosas” (Victor Gaviria, 1998), “Pixote” (Hector Babenco, 1980) o “Los olvidados” (Luis Buñuel, 1950). Sin duda una buena película de temática social que nos hace reflexionar sobre las injusticias y la amistad entre quienes no tienen nada que perder.