El pasado viernes 9 de diciembre miles de fans del reggaetonero Bad Bunny no pudieron acceder al concierto que ofreció en la Ciudad de México. En la primera fecha de las dos que el puertorriqueño ofreció en el Estado Azteca, alrededor de 2,000 personas se enteraron que sus boletos habían sido duplicados, a pesar de haberlos adquirido directamente en puntos Ticketmaster. Además de la desilusión, usuarios denunciaron malos tratos por parte del personal encargado de revisar sus boletos, pues tras acusarlos de haber comprado boletos falsos o clonados, les quitaron sus boletos y los rompieron, dejando a algunos sin pruebas para presentar denuncias.
Ante esta situación, la PROFECO tomó cartas en el asunto y determinó la culpabilidad de Ticketmaster. El titular de la dependencia, Ricardo Sheffield mencionó que atendieron a las demandas de los afectados y el sábado montaron un operativo para garantizar que los compradores pudieran acceder al evento, aunque aún alrededor de 110 personas se quedaron sin acceso. Sheffield acusó directamente a la empresa a la cual catalogó de monopolio y anunció que Ticketmaster se hará responsable de reembolsar el 100% del costo del boleto, además de un 20% adicional como compensación.
Sheffield recordó que no es la primera vez que Ticketmaster sobrevende las entradas a eventos, sin embargo esta vez se excedió. Inclusive, el titular adelantó que podrían emprender una investigación penal en contra de la empresa y los instó a cooperar con las medidas que se le impongan, pues de lo contrario la multa podría ascender. Por lo pronto, la PROFECO estima que la sanción que se le impondrá será del 10% de las ventas que Ticketmaster generó el año pasado. Si bien las medidas serán ejemplares y los usuarios podrán recuperar su dinero, el costo emocional causado a los seguidores del cantante no se podrá compensar.
Fuente: Excelsior, Foto: Twitter