Por: Alondra Salazar
Existen grandes debates sobre las prioridades dentro de la agenda LGBTTTIQ+, y no podría elegir más que la de los derechos fundamentales. El fin de las violencias por la apariencia, preferencia sexual, identidad de género y cualquier otra percepción que se sale del estándar heteronormativo dominante. Para ello, algunos datos que representan esas violencias: En 2020, se reportaron 78 homicidios de personas por su orientación sexual o identidad de género en México.
Los asesinatos de las mujeres trans fueron la cifra más elevada con 43 transfeminicidios, es decir, 55% del total de los casos. En segundo y tercer lugar se encontraron los homicidios de hombres gay con 22 casos y los de mujeres lesbianas con ocho casos.[1] Además, que de acuerdo a la Encuesta Sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG, 2018)[2], los actos de discriminación obstaculizan el acceso a derechos como el trabajo, la salud, la vivienda, entre otros como lo asegura el 25% de la población LGBTTTIQ+.
Hay quienes dicen que la marcha del orgullo es un evento de exhibicionismo, de sexualización, un “show” de vestuarios “estrafalarios”, coloridos, llenos de brillos, transparencia, arcoíris, etc. Para mí, hay un simbolismo en esa representación de la existencia, en salir a las calles brillando y con ello, celebrar la visibilización y ORGULLO de ser quien eres. Suena fácil y quizás trivial pero no lo es. Sobre todo, cuando existen personas a las que una simple “e” les genera confusión, y lo trasladan a la violencia física, verbal, económica, psicológica hacia las personas LGBTTTIQ+. Así que sí, el ORGULLO es una demanda social de derechos sociales que, en casi medio siglo de visibilidad, aún despierta con estadísticas desalentadoras.
Y aunque hoy pareciera que con campañas de Responsabilidad Social Empresarial y marketing político (Hola 2024) la expresión de diversidad sexual y de género es una realidad y que las libertades y visibilización son tangibles, las violencias aún se viven con todo y que en lo público, la norma social sea el respeto hacia todas las personas. Por eso, hay que celebrar los pequeños grandes triunfos en materia de derechos, y aquí entraría el matrimonio igualitario en todo el país, que más allá de expresar abiertamente preferencias sexuales, brinda protección básica y universal de derechos. Es decir, más allá de la representación conyugal, es brindarle a tu pareja derechos patrimoniales o de salud.
Así es que sí, aplaudo la fiesta de colores con la que año con año salimos a las calles con la bandera de “EXISTIMOS”, porque es a través de las diversas expresiones de libertad que las miradas y los focos voltean a ver la celebración por el camino que recorre. Celebro también, a las juventudes que no crecieron en el anonimato, y que hoy salen a las calles con ORGULLO de ser elles, porque de eso se trata.
[1] Statista. (2023). Número de homicidios de personas de la comunidad LGBTI+ en México en 2020, por orientación sexual o identidad de género. Disponible en: https://es.statista.com/estadisticas/1203484/numero-homicidios-perrsonas-comunidad-lgbti-mexico-por-orientacion-sexual-o-identidad-genero/
[2] Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). (2018).Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018. Disponible en: https://www.gob.mx/indesol/documentos/resumen-ejecutivo-de-la-encuesta-sobre-discriminacion-por-motivos-de-orientacion-sexual-e-identidad-de-genero-2018